"Contar una película es como contar un sueño. Contar una vida es como contar un sueño o una película" (La contadora de películas de Hernán Rivera Letelier)
lunes, 12 de noviembre de 2012
El Havre
El Havre (2011)
Director: Aki Kaurismäki
Reparto: Kati Outinen, Jean-Pierre Darroussin
La primera curiosidad de la película es que el director finlandés sitúa la historia en una ciudad francesa, concretamente El Havre, que da título a la misma.
Es casi una fábula, con unos personajes que se mueven en un barrio marginal, luchando en el límite de la subsistencia. Paro, pobreza, e inmigración son las claves de esta película en la que la solidaridad que muestran los vecinos entre ellos se convierte en el punto fuerte para sobrellevar el día a día de una vida sin demasiada esperanza ante un futuro adverso.
Cuando la policía abre el contenedor del barco en el que un grupo de personas inmigrantes había llegado hasta El Havre, sobrecoge la imagen de terror y pánico de cada rostro iluminado por la linterna del policía. Quizá porque sabemos que esa imagen es más que un fotograma de película, que es una historia real que pasa simultáneamente cada día en muchos lugares del mundo, a los que otros pobres y con menos recursos acuden con la esperanza de un mundo mejor.
En la película, el mismo personaje principal, dice que ya no puede pasarles nada peor, así que, quizá sea por eso mismo, que el director se permite una pequeña licencia y deja que el final sea más optimista de lo que podíamos haber esperado.
Trailer:
Sobre la película: (Fuente: Canal de cine LaHiguera.net)
Marcel Marx, escritor y bohemio empedernido, se ha autoexiliado en la ciudad de El Havre, donde siente que está más cerca de la gente después de adoptar el honrado, aunque no muy provechoso, oficio de limpiabotas. Ha enterrado el sueño de convertirse en un reconocido autor y vive felizmente dentro de un triángulo compuesto por su bar preferido, su trabajo y su esposa Arletty. Pero el destino hace que se cruce con un emigrante menor de edad llegado del África negra.
Arletty enferma, y a Marcel no le quedará más remedio que alzarse una vez más ante el frío muro de la indiferencia humana con el optimismo que le caracteriza y la solidaridad de los habitantes del barrio como únicas armas. Pero se enfrentará a la maquinaria ciega de un Estado constitucional, representado por la policía, que sigue la pista al joven refugiado. Ha llegado el momento de que Marcel se lustre los zapatos y enseñe los dientes.
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